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jueves, 13 de noviembre de 2014

El carisma de discernimiento de espíritus es "una iluminación divina o manifestación del Espíritu Santo por la que una persona conoce cuáles espíritus están motivando o impulsando determinada actuación, para proteger del engaño a la comunidad. Es como un mensaje que viene de afuera; no como que surge de la persona misma. Se forma súbitamente en la mente, espontáneamente, completo. No depende del esfuerzo, la iniciativa o los conocimientos de la persona; es un conocimiento que lleva consigo su propia convicción. No se trata de perspicacia, instinto psicológico o espíritu crítico. Puede venir por medio de visiones, o también por sensaciones o sentimientos agradables o desagradables" (P. Carlos Aldunate, s.j.).

Experimentamos durante nuestra vida cristiana, pero sobre todo si hemos emprendido un camino interior de oración, euforias y depresiones, estados interiores de paz o de inquietud, etc, de duración e intensidad variables. Prescindiendo de un origen, debemos saber que todo lo que nos sucede está querido o permitido por Dios para nuestro bien. Sin embargo, para evitar los riesgos que suelen originar estas experiencias, nos conviene aprender a comportarnos en ellas, desarrollando nuestro discernimiento espiritual. Es conveniente y aún necesario psicológicamente que atravesemos por crisis de consuelos y desconsuelos, por tiempos de consolación o de aridez, provenientes del propio temperamento y de otras causas. Dios permite la consolación y la desolación para ayudarnos a llegar a la madurez de los hijos de Dios, por el ejercicio progresivo de la fe, de la esperanza y de la caridad. Es importante que nos acostumbremos a vivir, desde ahora, mas que de sentimientos, de las virtudes teologales; pues "ahora subsisten tres cosas: la fe, la esperanza y la caridad; pero la mayor de todas ellas es la caridad" (1 Cor 13,13). Pues el amor nos acompañará toda la eternidad. Y sabemos que "el amor no consiste en sentir grandes cosas, sino en tener gran desnudez y padecer por el Amado". (San Juan de la Cruz). "El discernimiento presupone la vida de una Iglesia que está llena de poderes sobrenaturales y manifestaciones de la presencia de Dios. La misma riqueza de la actividad divina hace surgir a la superficie las fuerzas del mal, y es también un campo para la actividad religiosa desviada".(Mons. Vincent Walsh). En el ambiente mundano de creciente indiferencia religiosa en que vivimos, nadie se interesa en discernir el origen divino, humano o diabólico de las motivaciones o impulsos; pero al cristiano que está entregado a Jesús como SEÑOR de toda su vida le importa mucho precaverse del engaño y percibir con gozo cuándo "es el Señor" (cf. Jn 21,7).

Carismas y Autoridad A veces se piensa equivocadamente que por tener un Carisma se tiene autoridad en ese campo . No es así . el Carisma no nos da autoridad, por el contrario , nos convierte en siervos de los demás ; y un siervo siempre está sujeto a la autoriudad de Dios . Así como en el cuerpo humano existe un sistema nervioso que ordena y organiza los movimientos de los miembros , así también en el cuerpo de Cristo necesitamos quien dirija toda la actividad de los miembros . Este sistema nervioso es la autoridad . Dios ha delegado su autoridad en primer lugar a quienes Él ha colocado a regir su Iglesia : Sus apóstoles y sus sucesores los Obispos . Ellos son los responsables de discernirlos y de pastorear su recto uso , de acuerdo a un plan global que beneficie a todo el cuerpo de Cristo . " El Carismático " que no reconociera el carisma de discernimiento de los Obispos demuestra que ni cree en los Carismas ni tiene la garantía de ser auténtico . " La Comunidad , principalmente en la persona de sus Pastores , tiene la misión de juzgar sobre la autenticidad de los Carismas y de integrarlos en la misión salvadora "

" Ya que aspiran a los Dones espirituales , procuren abundar en ellos , para la edificación de la Asamblea " . ( 1 Cor 14,12 )

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar Buenas Nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18). -

LES COMPARTO ESTE LINK...DALE MEGUSTA...ES UN MINISTERIO LLAMADO "AGAPE" SE ENFOCA EN LA PREDICACION, ORACION, SANACION , INTERSECION Y LIBERACION

https://www.facebook.com/pages/Ministerio-AGAPE/110161545761503

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Es malo sobrevalorar a los ángeles de Dios, pero también es muy peligroso el ignorarlos. Una de las revelaciones bíblicas más olvidada en la Iglesia es el auxilio de los ángeles. En la experiencia del Pueblo de Dios esta verdad no puede ser ‘enterrada’.
En el Antiguo Testamento sus intervenciones eran más abundantes, en el Nuevo Testamento sus apariciones son intermitentes. Lo que pasa es que si la Historia de la Salvación fuera una serie de televisión, el papel protagónico de los ángeles ahora recae sobre nosotros, los seres humanos.
Antes los ángeles eran los principales mensajeros de parte de Dios, ahora esta es nuestra responsabilidad. Antes los ángeles eran portadores del Poder de Dios, ahora nosotros somos los canales preferidos por Dios de Su Poder y autoridad. Antes los ángeles venían a esta tierra para suplir la ausencia de Dios, ahora el Reino de Dios está aquí, en nosotros.
La Palabra de Dios nos dice que una tercera parte de los ángeles se rebelaron contra Dios. Estos ángeles caídos son los que reconocemos como demonios. Seres que atacan a los hijos de Dios. Pero es sólo una tercera parte, quedaron más ángeles obedientes a Dios que los que cayeron. Cada persona tiene por los menos un ángel que le protege.
La misión de los ángeles ahora es la de acompañarnos. Son compañeros de misión. Ahora somos los protagonistas y ellos nos acompañan, nos cuidan, nos ayudan. PERO tengo algunas preguntitas: ¿Se aburrirán los ángeles? Si ellos son designados a cuidarnos en nuestros riesgos y nosotros vivimos tan prudentemente nuestra fe ¿No les hacemos vagos? ¿No será que su ausencia en la tierra es signo de nuestra falta de riesgo?
Vemos en Hechos de los apóstoles como un ángel sacó a Pedro de la cárcel, después de los riesgos tomados por él en Nombre de Jesús. ¿No se despertarán los ángeles con mis riesgos? ¿No surgirán nuevas habilidades sembradas por Dios en mi y en ellos cuando me ‘lanzo’ en fe?
Termino con la pregunta del título y otras más ¿Aburres a tu ángel? ¿Te arriesgas en fe o sigues siendo un ‘creyente acomodado’? ¿Te arriesgas a orar por los que sufren? ¿Te arriesgas a predicar el Evangelio? ¿Te arriesgas a creer que Dios enviará a sus ángeles a cuidarte cuando sales de tu comodidad?